Atlas en la mitología Griega era un titán de increíble tamaño y fuerza, por esta razón el dios del tiempo, Cronos, lo llamó para que lo ayude en la guerra contra Zeus y los olímpicos. Atlas se convirtió en el general de Cronos. Rick Riordan se refiere a Atlas como "El General" en su libro titulado La Maldición del Titán de la saga de Percy Jackson.
Atlas peleó fuertemente, pero al final los dioses olímpicos encabezados por Zeus ganaron la guerra. A cronos lo desterraron al tártaro por siempre. Atlas recibió un castigo mucho peor por parte de Zeus, él fue obligado a cargar por toda la eternidad la bóveda celeste de Zeus, es decir el cielo. Atlas cargaba exhaustivamente al cielo sobre sus hombros y no lo podía dejar caer. Un día Hércules en uno de sus doce trabajos mortales le pidió a Atlas que le consiguiera una manzana dorada del árbol de Era que estaba custodiado por un dragón. Atlas le dijo a Hércules que le diera una manzana ya que sólo él era capaz de conseguir una. Atlas le explicó a Hércules que no podía dejar caer el cielo, entonces Hércules se ofreció a cargar el cielo mientras que Atlas buscaba la manzana. Hércules se paró en lo alto de una montaña y sostuvo la tierra sobre sus hombros. Atlas le consiguió a Hércules una manzana dorada, pero él tenía planeado librarse de su castigo por siempre. Atlas le dijo a Hércules que él entregaría la manzana en su lugar, en ese momento Hércules se dio cuenta de las intenciones de Atlas y le dijo "Está bien, pero déjame ponerme mi piel de león sobre los hombros para sentirme más cómodo". Al escuchar esto Atlas pensó que sería capaz de engañar a Hércules, pero cuando Atlas empezó a cargar el cielo de nuevo, Hércules se fue con la manzana dorada.
Tiempo después Perseo conoció a Atlas. Perseo le dijo a Atlas que estaba regresando de un largo viaje y que si podía quedarse en sus dominios, además le dijo que él era hijo de Zeus. Cuando Atlas escuchó que Perseo era hijo de Zeus, le prohibió quedarse. Perseo dominado por la ira sacó la cabeza de Medusa y se la mostró. Atlas se convirtió en una montaña inmensa y sus barbas en ríos.
Según la mitología griega esa montaña aún existe y se encuentra situada en el norte de África.

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